domingo, 31 de marzo de 2013

LAS ERAS Y LA TRILLA (3)


Para la construcción de una era empedrada había que elegir bien el terreno. Se situaban en una zona alta y a ser posible abierta a todos los vientos, como ocurría con las eras del Cuartel, la era Alta en el camino del Armero o las del Pozo Santo, todas en dirección a Montiel. Otras eras "de altura" fueron las de las Viudas y del Matadero Viejo, o Pozo de Juan Francisco, entre la carretera de Ossa de Montiel y el Polear. A menudo las eras se disponían en zonas con pendiente haciéndose necesario entonces construir un murete de piedra para asegurar el terreno. Las eras de los pobres, en el cementerio, son un ejemplo evidente de este tipo.


 Trillando junto al pueblo. Años ochenta
Cedida por: Arcángel Sánchez Briz


La cuadrilla contratada empezaba la construcción allanando previamente el terreno con picos y palas, a fin de nivelar toda la superficie y eliminar los altos y hondonadas del terreno. Todo el material extraído en este proceso se acarreaba por peones, muchas veces niños o adolescentes, que lo iban depositando poco a poco en la parte exterior. El trabajo era duro y no estaba exento de percances. Es lo que ocurrió en Alhambra en los años cincuenta: un accidente mortal debido a una granada perdida durante la guerra civil. El trabajador la hizo explotar accidentalmente con su pico, y la explosión se llevó la vida del desafortunado y mutiló gravemente a un hijo suyo, que murió algún tiempo después. 

Una vez nivelado del terreno comenzaba el proceso de empedrado de la era. Para ello se tendían unas guías de cuerda de un extremo a otro y se colocaban bajo ellas las hileras de piedra maestra, de mayor tamaño que el resto. La cuadrilla trabajaba sin ningún tipo de mortero, añadiendo simplemente una base de tierra suelta procedente de los montones y "maceando" cada piedra maestra, hundiéndola bien en esta base blanda mediante golpes de mazo. Una vez colocadas constituían las “calles” de unos 3 metros de anchura donde los obreros plantaban los guijarros de menor tamaño, a modo de mosaico. El procedimiento era similar al de las lajas principales: tierra suelta debajo, piedras encima y un constante “macear” para asegurarlas bien al terreno, que quedaba así perfectamente compactado. Solo cuando las eras se construían en un terreno con mucha pendiente, el trabajo se completaba con un muro externo de piedra a fin de que no hubiese deslizamientos pendiente abajo.


 Fiesta de la Trilla. El Toro, Castellón
Autor: Pelayo2

Con el empedrado de la era acabado, la cuadrilla procedía finalmente a un trabajo de ampliación utilizando la tierra desalojada en el nivelado. Esta tierra se extendía alrededor formando un anillo de varios metros de anchura, que se allanaba al igual que el resto obteniendo una era mucho más amplia que la inicial, con una parte interior de piedra y otra externa de tierra apisonada. Todo el conjunto quedaba así listo para la siguiente temporada, aunque a veces se dejaba reposar hasta dos años para que hierbas y raíces compactasen bien el terreno.




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