domingo, 24 de marzo de 2013

LA SIEMBRA DE LA PATATA (1)



-Ya me dirá para qué quiere a estas horas una tortilla de patatas -preguntó la criada al entrar en la rebotica: traía en una mano un plato humeante, y en la otra, una barra de pan.
-Puedo comer lo que quiera, ¿no?, y a la hora que se me antoje.
-Desde luego -dejó la carga en la mesilla y se volvió hacia la puerta-. Por mí, atráquese y que le dé un patatús. Lo mismo da que se muera de un empacho que de una borrachera.
-De lo que he de morir sólo lo sabe Dios, y no tengo curiosidad por averiguarlo antes de tiempo -don Baldomero la miraba por encima de las gafas-. Esta noche no ceno en casa.
-¿Se va de juerga?
-Voy a donde me parece.


                              De: Los Gozos y las Sombras. Gonzalo Torrente Ballester



La patata es un tubérculo procedente de Sudamérica y cultivado por el hombre desde muy antiguo. Se sabe, por ejemplo, que las culturas andinas la cultivaban hace ya más de 6000 años, y que llegaron a desarrollar distintas variedades a partir de especies silvestres resistentes a las heladas. Son precisamente estas variedades las que hoy en día consumimos a nivel mundial. Las patatas no se conocieron en Europa hasta el siglo XVI, cuando los primeros barcos españoles cargados con productos americanos arribaron a Sevilla. La conquista de Imperio Inca por Francisco Pizarro, y sobre todo el primer contacto con la cultura indígena, trajo como consecuencia el descubrimiento de gran variedad de productos de consumo entre los que este tubérculo fue uno de los principales exponentes. Se cree que la patata llegó a España alrededor de 1554, y de aquí pasó rápidamente a Italia y otras áreas de la órbita española, aumentando rápidamente su popularidad. Su exotismo le granjeó al principio muchas simpatías, e incluso el entonces todopoderoso rey de España y de las Américas Felipe II obsequió con patatas al papa Pio IV, quien se sintió sorprendido y muy halagado por ello.


 La planta de la patata
Autor: Philmarin


Sin embargo, no siempre las patatas han estado tan valoradas como en la actualidad. Y es que poca gente sabe que la planta no es comestible (nos referimos a la parte aérea), ya que contiene una sustancia tóxica llamada solanina. Este veneno está casi ausente en el tubérculo, presentándose sobre todo en la piel y en la capa inmediatamente inferior. Sin embargo, cuando las patatas crecen muy cerca de la superficie o se produce un mal almacenamiento de las mismas, la cantidad de solanina aumenta de forma peligrosa. Entonces desarrollan unas manchas de color verde muy visibles y no es recomendable su consumo bajo ningún concepto. Ahora sabemos la razón por la que es importante guardar las patatas en lugares oscuros y secos.



Preparando los caballones para la siembra de patata en Azuer 


En Villahermosa, el mes de marzo es el elegido por los hortelanos para la siembra de la patata. Se trata de una planta a la que le afectan las heladas, por lo que los meses de enero y febrero se descartan de antemano. Incluso plantándola en marzo todavía hay riesgo de que puedan afectarle heladas tardías, lo que retrasa la producción y produce unos tubérculos más pequeños, además de aumentar su sensibilidad a plagas y enfermedades. En general, la tradición manda que las patatas se siembren alrededor del día de san José, aunque en muchos sitios se adelanta unas semanas cultivando una pequeña parte de la parcela. De esta forma, si hay suerte y no hiela, se puede recolectar antes y tener patatas tempranas para consumo. En cualquier caso, acertar en la época de siembra es fundamental para el éxito del cultivo. En Villahermosa se cultivan varios tipos de patata temprana, de piel blanca o "blanquillas", que se siembran en marzo y pueden recogerse a finales del mes de junio. Otra variedad más, la Desiree de piel roja, es sin embargo semitardía: se planta en mayo y su recolección debe esperar hasta finales de septiembre u octubre. La Desiree es la patata ideal para guardar de cara al invierno.


 Trozos de patata para la siembra


La patata es una planta que agradece los suelos bien mullidos y aireados, no siendo recomendable plantarla en terrenos pedregosos puesto que disminuye el tamaño de los tubérculos. Asimismo acepta muy bien el abonado con estiércol. Si las patatas se siembran en marzo es recomendable echar el estiércol en diciembre. Muchos agricultores añaden ceniza de la chimenea ya que este abono aporta un elemento muy beneficioso para el crecimiento: el potasio. Y una curiosidad: se dice que las fases de la luna afectan a los cultivos, y que el cuarto menguante favorece que la savia se concentre en las partes inferiores. Es por ello que en diversas zonas elijan los días de luna decreciente para la siembra de productos con raíces, bulbos o tubérculos comestiblescomo es precisamente el caso de la patata. 




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