El campo es el sostén de la vida
en las ciudades. No hacen falta muchas más explicaciones, pues es evidente que
ambas partes son complementarias. En este caso nos referiremos a las ventajas
del campo por ser el que mejor conocemos. Es un estilo de vivir
tradicional, rudimentario y si se quiere duro, pero también más tranquilo,
sano y en contacto con la naturaleza; la vida en el campo constituye asimismo una forma ideal de combatir problemas tan actuales como la ansiedad y el estrés.
Convivir con el campo es estar en contacto con la naturaleza, cierto. Pero también con la soledad. En
el campo se carece de las comodidades que se tiene en la ciudad, no vemos
tantos coches, autobuses, cines, escaparates, alumbrados excitantes y cosas por el estilo. Pero, a cambio, encontramos por
todas partes bosques, campos verdes con flores, ríos y arroyos de agua limpia y
fresca, aves y animales de variadas especies que nos suponen un aliciente añadido, y un bienestar para nuestros sentidos.
El trabajo en contacto con la Naturaleza está permanentemente relacionado con el clima y los horarios de la luz solar, que debe aprovecharse adecuadamente para cada una de las tareas a realizar. Faenas como el cuidado de los animales y el pastoreo, la labranza de los campos, la siembra y la recolección de los distintos productos no podrían realizarse si el agricultor o el pastor no tuvieran presente cada estación del año, sus periodos de sequedad o las lluvias necesarias para estos menesteres.
Del Campo y la Naturaleza. Autor: saliendoalcampo.wordpress.com
Y es que el mundo rural es una forma de cultura adaptada a los medios disponibles. Es una vida
tranquila, sosegada, en contacto con la naturaleza y, sin duda, muy dura por el
constante esfuerzo que es necesario realizar. Debido al poco contacto humano sus gentes son por lo general amables y francas, directas en el trato. Prefieren escuchar a que les escuchen
pero, al mismo tiempo, cuando hablan lo hacen con el debido respeto introduciendo palabras del
vocabulario de su patria chica.
Por diferentes motivos, que todos conocemos, una parte de la población rural emigró hace tiempo a las grandes ciudades y abandonó esta forma tradicional de vida. Dichas personas son, precisamente, las más indicadas para
hacer un juicio más certero sobre este tema. Ellos vivieron las durezas del
trabajo del campo, las penalidades, las inclemencias del tiempo... y muchos conservan todavía las callosidades en sus manos fruto del trabajo duro que realizaron.
Nuestros paisanos emigrantes tienen al respecto una opinión muy dividida: muchos están
conformes con la vida que eligieron tener, pero añoran también la que tuvieron antes.
Es el sentir más generalizado cuando se reúnen con familiares y amigos, cuando
vienen de vacaciones o aprovechando algún fin de semana (si la distancia no es excesiva). Estoy convencido que si
se hiciera una encuesta sobre el asunto, los más opinarían que
ganaron mucho pero, asimismo, perdieron demasiado. No debemos olvidar que muchos jubilados regresan a su pueblo para continuar, en la medida de lo posible, la vida que tuvieron antaño. Regresan para desconectarse
del estrés de la ciudad y de la fábrica... Para volver a la vida apacible del pueblo, a cuidar los olivares que heredaron de sus padres, o que han comprado a propósito para la ocasión; a sembrar hortalizas sanas en la huerta, a pasear por los caminos de entonces o visitar los cortijos donde trabajaron cincuenta años antes, siendo apenas unos muchachos. Fundamentalmente, regresan para volver a relacionarse con las
personas que dejaron cuando tuvieron que emigrar. Suele escucharse incluso, de aquellos que todavía no han regresado, la siguiente afirmación: ¡Si no nos venimos es por los hijos y los nietos! ¡Claro, como
trabajan los dos…!
Paisajes Naturales. Autor: pozosociobosco.blogspot.com.es


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